lunes, 30 de agosto de 2010

Decir adiós,
dejar atrás aquello que hemos sido,
cerrar la puerta,
aceptar lo ya dado,
y llevarse enredados los recuerdos
en la voraz madeja de la vida.

Decir adiós,
porque la vida empuja
sin pudor ni mesura,
embriagada de sed,
con su mortal perfume,
dulce, frío, distante, abandonado.

Saber marchar,
llevarnos lo que somos
y asumir que nos queda la memoria,
el hueco que dejamos.
Porque somos en tanto nos recuerdan.
Y eso es lo más cercano,
lo que más se parece,
a vivir para siempre.

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26 comentarios:

Juanma dijo...

Difícilmente, querida Marisa, tengo recuerdos en los que aparezca yo solo. Siempre se recuerda algo con alguien al lado, ¿verdad? Quizá por ello somos en tanto nos recuerdan.

Nos queda la memoria, sí. Somos lo que en apariencia hemos olvidado, escribe Antonio Gala. Pero nos queda, también, la poesía. La tuya sin ir más lejos, la tuya cercana, amable, inteligente, sensible y precisa. Sencillamente inevitable.

Besos, mi querida poeta de guardia.

Ramón María dijo...

En toda marcha nos llevamos el yo, dejando el nosotros, siendo éste compartir convertido en recuerdo de lo que fuimos para los demás. Importante será la empatía, el compartir siendo como bien dices la única forma de acercarnos al termino eterno.

Muy bellos versos. Beso

Darío dijo...

Cuan difícil es decir adios en el momento exacto. Sin arrastrarse demasiado, sin dar un poco de lástima, sin tratar de usufructuar el papel de la víctima.
Pero que tranquilidad nos da decir adios, aun sufriendo, pero con la certeza de que nada nos queda por hacer en el lugar del cual nos vamos.
Un abrazo.

ralero dijo...

Siempre es preferible decir "hasta otra". El adiós es demasiado tajante. Como ese "no" del poema de Salinas que en un instante desbarata todos los síes tejidos lentamente.

Besos.

Edmundo dijo...

Sin dudas, el recuerdo es una huella imborrable. De ahí, el hueco que dejamos.

Jose Zúñiga dijo...

Así, Marisa, qué hermoso el poema y qué cierto: desnudos de equipaje, que no se desvanezcan nuestros pasos.
Bs

Fernando dijo...

Quizás, Marisa, el dejar la vida no es una fuga. Hemos hecho tantas cosas sin darnos cuenta...Hemos ocupado tantos sitios, tejido tamtas cosas, volcado nuestro afán sobre tantas vidas.. Yo creo que algo queda, algo permanece durante mucho tiempo. Luego, vendrán otros vientos, otras tempestades, otros amores a reemplazar los nuestros, que quedarán para siempre como congelados por la velocidad del tiempo. Un abrazo ab imo pectore.

aapayés dijo...

Sabes escribir tan hermoso tus versos.. que acarician..


Un abrazo
Saludos fraternos..

Que esta semana se de las mejores... son mis mejores deseos..

carmen jiménez dijo...

"La voraz madeja de la vida..." A veces nos enreda y nos hace olvidar lo que realmente importa.
Tus versos son siempre ese recuerdo cercano que llena la memoria.
Un beso amiga.

Sergio Astorga dijo...

Marisa, partir a tiempo que importante es saberlo.
El recuerdo siempre espera.

Abrazos cerrados.
Sergio Astorga

JAUD dijo...

Creo que ese es el ciclo necesario.
Y es en parte contradictorio, es como estar vacio para porder llenarse, es partir para volver para siempre en el recuerdo. Me encantó. Un beso grande, poeta.

javier desde el sur dijo...

adiós a ese zurco en el agua,
adiós al aire cortado por mi frente,
adiós a ese viento frío.

cientos de puertas abiertas,
cientos de dedos aún me están rozando,
cientos de ojos que se alejan.

creamos mares, soplamos vientos,
creamos vanos, acariciamos manos,
vivimos en todos y en cada uno.

un beso
javier desde el sur

ybris dijo...

Hondo desgarro de la despedida.
Eterna la nobleza de las huellas.

Tristemente exacto.
Encantadoramente esperanzado.

Besos.

Jesús Arroyo dijo...

Vivo pegado a los recuerdos,
esperanza de regreso.

Besitos.

Blimunda dijo...

Me he quedado enganchada a esa puerta que se cierra a nuestras espaldas...tu alusión a esa angustía es muy precisa.

Besos, guapa, besos y versos!!!!

J.R.Infante dijo...

Aunque nunca se dice adiós del todo -ni queriendo- si es cierto que hay que cerrar puertas para seguir adelante,y que ese "somos" esté de acorde con nosotros mismos, con lo que queremos ser.
Bonito poema, Marisa.
Un beso

María Socorro Luis dijo...

Así es Marisa, aceptar lo que es inevitable.

Qué bien lo dices...

muchos besos

Ricardo Fernández Moyano dijo...

Escelente poema Marisa, como todos los tuyos.

Pásate por mi blog que tienes un regalo, aunque veo que ya alguien se me adelantó, pero no importa así lo tienes por partida doble.

Un beso.

ESCRIBIENTE dijo...

Uuffff¡ ¡Qué emoción me han traspasado tus palabras¡
Se me han agarrado a la epidermis y de ahí han tomado impulso directamente a no sé qué centro....

¡Soberbia manera de poner palabras y lírica a la esencia de la vida que primero es presencia para acabar siendo ausencia¡

Muy, muy hermoso.

José Luis dijo...

La memoria...Precisamente acabo de escribir algo acerca de eso en mi blog.
Muy bueno y muy de acuerdo.
Un beso!!

Anónimo dijo...

"Somos en tanto nos recuerdan"

Somos en cuanto somos en la conciencia de otro.

Qué gran verdad.

Muchas veces me pregunté por qué somos tan esclavos de la opinión de los demás...

Creo que reconocemos nuestra existencia por espejo desde muy pequeños.

Perdona que me haya enrollado. Ya sabes que ando "piantao" por las circunstancias.

Un beso.
Pepe.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Sólo el recuerdo nos hace humanos
en este universo que agoniza
en las fauces del olvido.



Un beso.

Marisa Peña dijo...

Saber decir adiós es todo un arte, yo aún no lo he aprendido.No sé marcharme y no paro de mirar hacia aatrás aun sabiendo que puedo volverme sal...
Lo que sí sé es valorar a mis lectores, a todos y cada uno de los que aquí venís, y le dais sentido a estos textos y a mi vocación de escribir, y me acompañáis en esta tarea de seguir caminando.
Un abrazo muy grande para todos.

Rochies dijo...

PODEMOS APRENDER A DECIR ADIOS Y SIN EMBARGO TAL CUAL 1964

Y NO BASTA SER VALIENTE PARA APRENDER E ARTE DEL OLVIDO
UN SIMBOLO, UNA ROSA TE DESGARRA Y TE PUEDE MATAR UNA GUITARRA.

FELIZ DE ENCONTRAR SU CASITA.

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Dichoso quien pervive en los suyos...
Feliz quien sabe cultivar -con esmero y belleza- la memoria de los que fueron antes...Un besazo.

Marisa Peña dijo...

Gracias a los dos...y bienvenida, Rochita.

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