
La infancia es el refugio,
el lugar donde habitan los recuerdos,
el sitio al que volvemos
cuando ya nada queda,
esperando encontrar algún rescoldo.
La infancia sabe a dulces,
a membrillo con queso, a chocolate...
Huele al aroma tibio de mi abuela.
Tiene el tacto de nieve
de las hermosas manos de mi madre.
Pero también, a veces,
es un rincón oscuro, inaprensible.
Confusión, extrañeza,
afán, desasosiego.
Un deseo de crecer rápidamente
y de jugar al juego de la vida
quemando vorazmente las etapas .
La infancia se quedó,
definitivamente inacabada,
en el recodo de un camino viejo
que ya no hemos de andar.
Y la sombra del niño que un día fuimos
se va difuminando, lentamente,
en las brumas de un lienzo.
Sfumatto mortal de la memoria
que irá borrando el tiempo.
86 comentarios:
Agua sobre los hilos sueltos que, como miel derramada,
los sueños no cincelados vierten por la mañana reciente,
cuando la vida es un equilibrio complejo entre baldosas,
un recinto quizá amable, entre penumbras o almibarado,
donde encuentran asilo pandillas de fantasmas desnudos,
vagabundos que al hablar parecen ser poetas malhadados,
sombras que menguan sin que en ellas pose el mediodía,
realquilados que trashuman para ir huyendo de la soledad,
cenicientas que despiertan sorprendidas, sin desmaquillar,
y otros habitantes de los cuentos reclamando su dignidad.
Luego, enseguida, el ritual de un café amargo y cargado,
sin azúcar ni lírica, que me da al final un poso sin lectura,
las lindes de mi futuro libres de los augurios con malicia,
salvada la muerte joven vaticinada en argucia adivinatoria,
al albur los días sin ataduras a los lazos de la certidumbre,
la espera estéril del mito falaz de los destinos encontrados
que llegan para trastocar el mundo y las cosas que tocamos,
oropel de caricias que se van difuminando entre musarañas.
Así, del duermevela a la radio encendida, pasan los minutos
y se estrecha el cerco dentro del cual está permitido respirar, aparecen la prisa y la ducha rápida, la agenda y los teléfonos,
el cenicero con un cigarro a medio encender o medio apagar,
las llaves en el estante, junto al reloj y una foto de la infancia,
del niño que alguna vez fuimos, con el que dejamos de hablar
cada día, al salir a la calle con este orden relatado y orquestal.
En fin, al copiar y pegar este poema, se ha perdido su forma original. Es la torpeza de quien te escribe la única culpable.
El poema es mío. Su título es "Orden". Lo iba a publicar en mi blog un día de estos. Pero prefiero regalártelo. Yo creo que encaja bien con el tuyo que, como siempre, es inolvidable.
Un beso, mi querida Marisa.
No, creo que no se ha perdido su forma original. En fin, no sé, qué lío. Da igual. Disculpa todo el desbarajuste.
Mi Juanma, je, je... El poema es precioso. Es como un poema a dos voces.Podemos contestarnos a nuestras propias melancolías.Tú no tienes que pedir disculpas, que esta es tu casa por derecho de lector, faltaría más. La niña Marisa y el niño juanma hoy han jugado en un parque común de la infancia. Besos
Precios poema, Marisa, evocación y dulzura... Y maravillosa la cantata de Bach, por supuesto. Un abrazo.
Qué lujoooo!!!
Apenas termino de saborear tu poema, que me llevó en "primera clase" hacia mi propia infancia, alegrías y pesares...y aquí encuentro a Juanma, con otro trabajo maravilloso!
Qué duo tan exquisito!
Marisa, Muchas Gracias mi cielo por regalarme este amanecer a pura poesía!
Mi besote Bella!
Siempre está ahí la infancia. Un lugar donde refugiarnos en las noches frías de la madurez.
Precioso poema, como siempre: claro, preciso, bello, musical...
Un beso.
Hola Marisa, volver a la infancia, es querer, desear recuperar la ilusion por la vida. Curioso que Antonio Machado, en sus ultimos versos acabo escribiendo sobre ella o como los abuelos se pasan las horas recordando, quizas porque se sienten a destiempo en el hoy o el suyo desaparecio, los amigos, las esperanzas, su pueblo, sus casas...la modernidad los arrastro a ella. La patria es la unica infancia, como bien dicen muchas veces.
Un Beso.
Así es Marisa, el ciclo de la vida nos lleva a cerrar etapas y abrir otras nuevas, pero siempre queda el recuerdo,los aromas y os paisajes que recreamos a placer.
Un beso
Marian
Mira atrás,
ves tan cerca el agua y su remanso
y unos niños corriendo por la plaza
cuando nada importa y es verano.
Y una se para y te mira sin saberte,
en sus ojos un silencio que traspasa
e interroga recordándote lo que fuiste:
una niña soñando siempre en ser cometa.
PRECIOSO.
Mi infncia huele leche calentada en un cazo, a churros con chocolate los domingos, a la calle donde me pasaba el dia jugando, a bocadillo de jamon dulce y mantequilla, a EGB, a golosinas...pero tb tengo la oscuridad de cosas que pasaron que gracias a personas que me quisieron pudimos dar luz y oxigeno, la infanci es una etapa preciosa donde las personitas son esponjas vulnerables de todo.
Bsos
Yo decía "mi infancia es un patio de lilas...", cuánto nos gusta (?) hacer homenajes a la infancia... seguro Marisa que aún hay recodos en tu camino, ¿te has fijado en tu sombra? ¿no lleva una comba?
Ese jugar el juego me ha hecho pensar en Los enfants terribles, de Jean Cocteau, aunque mucho me temo que su juego era algo distinto a este tuyo.
:-)
Hermoso poema marisa.
Me resisto a perder a ese niño que, evocando a Machado, siempre va conmigo con el que infantilmente converso. Ser mayor precisa de habilidades que me resisto a adquirir.
Besos.
maravillosa evocación de la infancia...alguien dijo que en la infancia vivimos y después sobrevivimos...
besos
Poeta!
La infancia nos inspira los más hermosos pensamientos, que tú sabes convertir en hermosísimos poemas.
Con el cariño de siempre.
Soco
Hermoso poema Marisa, me ha encantado.
Un beso.
Dulce Marisa: Como siempre precioso poema.
La infancia, me queda tan lejana y a la vez cuando pasan los años la recuerdas con más claridad.
Dices bien:
"La infancia es el refugio,
el lugar donde habitan los recuerdos,
al sitio que volvemos,
cuando el tiempo lo va borrando todo..."
Una delicia leerte.
Y uno entra en salones, saluda y habla, y es hábil en trámites y sufre y canta y se baja en países y ama y desama y emvejece y sonríe. Y nadie sabe la infancia que uno lleva apretada.
A esa niña Marisa la tengo en el alma...¿salís a jugar?
un beso robado de tu amigo el REL
Gracias por tu poesía
mmmmmmmmmm....
Marisa, son unos versos hermosos. Mi niñez huele a felicidad.
Creo que he sido una niña muy feliz, y todavía queda algo de eso en mí, aunque la vida hace que vayamos agrietándonos y que por esas fisuras se nos escapen los recuerdos que, a algunos, nos permiten mantenernos vivos. Me gustaría recubrir todas las grietas para mantener la felicidad de la niña que fui, pero no se puede vivir sólo de recuerdos, y los soñadores somos muy dados a ello.
Gracias por tus versos. Un beso.
Ojalá nunca dejemos de ser niños y de recordar nuestra infancia.
Un fuerte abrazo Marisa
Jose Miguel qué alegría verte por aquí. Es un poema de nostalgia de lo que marchó, que imagino todos sentimos m´s de una vez... Un abrazo.
Susana, corazón, tú si que eres un lujo. Gracias por venir aquí en tu mañana, a leer mis humildes versos. besos
Ay Miguel Angel, siempre ando buscando refugios imposibles, pero en fin...Me gusta saber que algo de esa niña aún habita en mí. Un abrazo mi querido amigo.
Si Edu, la infancia es el lugar de regreso...es verdad que nuesto querido Machado terminó con esa nostalgia del pasado y su cielo.Un beso
Marian gracias a los recuerdos la vida se enriquece. Yo no quiero olvidar. Un beso corazón.
Fernando, qué maravilla...Esa niña te saluda y te besa con toda la ternura de que es capaz...
Marta, guapísima, nuestras infancias huelen, saben, se tocan, no son sólo las fotografías quietas y grises del álbum familiar.Aunque tú las haces requetebien...
Esther seguro que mi sombra lleva una comba, y un cuaderno y una muñeca(mis tres objetos de la infancia, je, je)A veces la miro y la guiño un ojo. Un beso guapa.
Yo también me resisto impersonem, pero a veces...Un beso.
Sí Rodri, en la infancia la vida es plena y todo se saborea sin sopesar ni racionalizar. Un beso
Juan jes, viniendo de ti es todo un piropo.
Soco gracias por tus comentarios y tu cariño. Besos
Ricardo gracias ti. Un abrazo
Maria Luisa... Tu niña seguro que sale más de una vez. Tu espíritu es joven y emprendedor. Mil besos corazón.
Cómo no, Roberto. Saldré a jugar y me contrás cómo son tus cielos y tu casa, y tus juegos favoritos y tu postre preferido. besos poeta querido.
Ay Alb, qué cosas me dices:). Un beso
Noa la niña que fuimos está ahí. La infancia nos reclama de vez encuando. Un beso soñadora...
Así sea Marian, así sea. Besos preciosa.
Genial esa "infancia definitivamente inacabada". Eso es con toda precisión lo que se siente.
Un beso a la niña Marisa.
Precioso poema... La infancia es lo que nos liga y nos une a las personas que ya no están... a mi los recuerdos me evocan olores, el olor de la ropa al plancharla mi abuela, la sopa caliente en el plato de mi abuelo mientras cenaba en sus rodillas.
Ahora ya no están, me han dejado el vacío y la añoranza.
Quien pudiera volver a ser niño, y volver a vivir "en la seguridad" de los brazos de aquellos que ya no están.
Un fuerte abrazo.
Hola Marisa , no sé si aceptas premios , pero en mi blog hay uno esperándote a que lo recojas cuando quieras un abrazo
Bueno, Juanma me ha quitado mi sitio de primera fila:))
Querida Marisa:
De principio a fin. Desde que tengo memoria que fue desde casi antes de nacer, hasta ahora, tus versos han recorrido todo el camino con la maestría de una poetisa como tú. Tus versos me han llevado a rincones que hace tiempo no visitaba.
La infancia inacabada...Quizá por eso siempre quise volver. Como si me hubiera faltado vivir algo que se quedó por siempre sin vivir.
Pero a mi las sombras me acompañan y se hacen cada día más claras.
Un beso amiga.
Bel, yo le mando otro a la niña Bel y la invito a jugar en mi cuarto con nuestra imaginación...
Cuántas cosas guarda para siempre aquella infancia inacabada. Por eso, cuando tenemos hijos hay veces que nos empeñamos en vivir a travé de ellos esas emociones: los reyes magos, el primer diente caído, la primera vela soplada.En fin, ese niño que fuimos necesita ser recordado y se empeña en venir sin cita previa a nuestra memoria. Un beso, corazón.
Borromín en tu memoria están y permanecerán, inalterables.Yo también, leyéndote, he recordado esa seguridad...Ay. Besos.
Gracias Verónica. Pasaré y lo pondré junto a los que tengo. Eres un cielo. Besos
Mi Carmen del alma, tú hacia delante. Y las sombras ya iremos conjurándolas o si no, las recortamos...
Los recuerdos vienen con nosotros, no nos abandonan, nos hacen ser los que somos. Tú y yo somos esas niñas y estas mujeres y las ancianas en las que un día (espero:))nos convertiremos. Un beso muy grande, preciosa.
La infancia es un refugio,
donde habitan unos recuerdos,
volvemos y los dejamos atrás,
es un dulce tramo,
que paladeamos cuando es lejos ya,
la infancia quedó ¿inacabada?
o medio andada...
pero fue un trecho del camino
y nos queda todo el resto por andar.
¿Se difumina?
No. Sólo deja espacio
a lo que nos falta por caminar.
Feliz andadura.
Un abrazo.
María
María gracias por los versos...Seguimos andando pero a veces miramos atrás y el niño nos sonríe. Un beso.
Si puede ser que algo se quede como pendiente, inacabado y oscuro, pero recuerda que hace poquito yo decía en un poema:
...los niños, entre risas, chapotean
e ignoran
que tejen los recuerdos
para tener así
la añoranza guardada en el armario,
luego,
caerá con cuentagotas
el bálsamo
sobre el ocre color de los días inciertos.
Esos recuerdos y esas viviencias no se pierden nunca, por mucho que nos alejemos en el tiempo de ellos.
Precioso el poema, marisa.
Mil besos
Precioso poema, querida Marisa, aunque o porque me pone triste. Sombra o luz que nos viene desde aquellos tiempos en que seguimos transcurriendo.
Un abrazo fuerte.
Izaskun
Luisa recuerdo cómo me gustó tu poema cuando loleípor primera vez. Esos niños que juegan y chapotean siempreestarán vivos en nuestra memoria.
Un beso guapa.
Izaskun, gracias por tus palabras.
Sombras y luces nos acompañan, tienes razón.
La infancia es algo que creamos cuando nos hacemos viejos...
Precioso poema.
La infancia no debería jamás tener ese lado oscuro, pero por desgracia, así es en ocasiones.
Un beso, Marisa.
Sí Manuel, tiene algo de invención y de paraíso perdido que nunca fue tal...Un saludo y bienvenido
No debería Irene, pero la infancia plenamente feliz creo que no es real, los niños también sufren y se desasosiegan.Un abrazo guapa.
Está claro, poeta: "vivir es ver volver", que dijo alguien. Ay, la infancia. Hermoso y delicado poema, Marisa.
Pienso en la infancia, en tantos niños felices que no saben Matemáticas y suspenden Religión,
en aquellas sonrisas que ni tan siquiera saben qué es una vocal,
o tristemente pienso en las pequeñas manos de ese niño que ignora qué es un trozo de plastilina, que no conoce el calor de una clase en invierno ni el olor de los rotuladores. Cuánta tristeza, a veces, con olor a tiza o sin olor siquiera.
Así me gusta, Marisa, que sigas con tu delicada salud de hierro, sudando la camiseta en cada verso.
Por cierto, el cierre del poema es bellísimo a todas luces.
Es un placer leerte, poeta.
¡Qué perfectamente descrita!
La infancia es un sfumato
lleno de luces y sombras,
un cúmulo de recuerdos
y de lágrimas y sonrisas
que viajan en nuestra memoria
y que nunca terminamos de crecer.
Un abrazo
Es fuerte, es cierto, es bonito..
me causa melancolia.. me aferro, tengo miedo, nol a quero soltar...
una sonrisa enorme de niña!!
Querido Alejandro, muchas gracias por todas tus palabras. La infancia en algunos lugares es un infierno porque la vida también lo es. Los niños deberían tener derecho a ser niños siempre. Es un placer tenerte por aquí, leyendo mis versos.Un abrazo.
Noray, como siempre gracias por tantas palabras y por tu presencia cálida y afectuosa. Un abrazo.
Gracias Za!dm, por esa sonrisa de tu niña que me regalas.
Añoro de la infancia ese vivir sin pensar, vivir en estado puro.
Cuando uno crece, decrece; siempre lo he pensado y, lo más jodido, es que lo vivo a cada instante. Pero bueno, pas de probléme, ma belle, porque la vida es bella, a pesar de.
Besito.
Marisa, de todos los niños que he sido, me gusta el que juega a esconder las etapas.
Y si, me iré difuminando con el tiempo. Que remedio.
Un abrazo a tu niña, aún es tiempo.
Sergio Astorga
A algunos se nos hurtaron ciertos aspectos de la niñez que hubiesen hecho más acogedor nuestro refugio.
Y la dejó, como bien dices, definitivamente inacabada.
Con los versos volvemos a veces a ella y la encontramos más amable.
La página de tu tío me ha dejado al borde del dulce sabor que quedó flotando en tantas cosas.
Una pena que lo haya dejado sólo en una entrada y unos dibujos que me han parecido extraordinarios.
Ya que no pude comentar allí no dejes de decírselo cuando lo veas.
Gracias por todo
Popi es verdad que hay ciertapureza en esa infancia perdida, que tiene que ver con la espontaneidad. No planear,vivir cada día.Pero sí, hay belleza en esta vida, a pesar de todo...
Besos guapo.
Sergio mi niña recoge tu abrazo y te manda uno muy fuerte.
Ybris, está preparando más entradas pero como es algo "torpe" con esto de internet va despacito.
Se lo diré y le hará mucha ilusión.
Ay nuestra infancia inacabada, unas más que otras, la verdad. Un beso
bellísimo poema¡¡¡¡
y que razón tienes.
me ha encantado.
Llego un poco tarde a tu poema, pero he llegado. Justo el día que lo publicaste llegué yo al cuarto de siglo. Así que, cómo no, me acordé de mi infancia, y hoy vengo,y veo que hablas de la infancia...
Y tengo que decir que me ha parecido precioso.
Un beso!
Morgana bienvenida, me alegra que te guste.Un abrazo
Felicidades, guapa... Si la tienes a la vuelta de la esquina, como quien dice.Te mando un fuerte abrazo.
¿Pero no te parece que, a veces, en una persona de 60, 70, 80 años se descubre al niño que fue en una mirada, una sonrisa, una expresión...?
A mí me ocurre...Creo que siempre llevamos al niño que fuimos dentro y que a ratos lo supuramos por los poros...y entonces todo se vuelve abierto y divertido; inconcluso, por hacerse....
¡Que linda poesía! Me sentí en mi infancia por uno momentos. La verdad que me regustó. Las escribís vos?
Algún día volveremos al territorio inhóspito de nuestra infancia...
me fascina tu escritura...pufff!!
Yo no tengo que volver a la infancia, la llevo siempre incorporada.
En lugar de ser mi ayer, es como mi "hace un rato". La siento tan cercana que me causa sorpresa comprobarlo.
!Sigo siendo niña tantas veces!, aunque la vida se empeñe en no dejarme serlo.
En fin Marisa, precioso poema y precioso el que Juanma te regala.
Por cierto, siempre seguiré soñando, tienes razón.
Un beso
Escribiente, el niño que somos, cmo bien dices, se queda con nosotros pero no siempre es fácil dejarle un hueco. Creo que los ancianos le dejan salir de nuevo muchas veces...Besos
Sí Charly, son todos míos. Algunos publicados y otros sólo registrados.Bienvenido y gracias por tus palabras.
Roberto gracias de corazón.Es un placer tenerte por aquí.besos
Mi querida Pizarr, tus sueños son un regalo para los que nos acercamos a ellos. Y esa niña que siempre te acompaña, que no te ha abandonado nos saluda siempre que nos acercamos a ti. Un beso, preciosa.
La infancia va volviendo a nosotros a medida que nos internamos en las edades. No es la misma, claro, tú muy bien lo dices, no es la misma y sin embargo su sombra es reconfortante cuando hemos sido agraciados con una hermosa familia.
Jopé, Marisa, me ha dado un escalofrío de emoción tu segunda estrofa y, fíjate, aunque recuerdo las manos de mi abuela y de mi madre, han sido la de mi abuelo, rugosas, abiertas por lo ácidos y la humedad de su trabajo en la Papelera las que he sentido en mi cara.
Menuda catarsis...
Mertxe, esas manos de nuestros abuelos, cuánto bien hacen aunque pase el tiempo y de ellas sólo nos quede el recuerdo. Que te emoione mi poema es todo un orgullo, mi querídisima amiga. Un abrazo.
Impresionante... Y cuando pasas a leer los comentarios, te sobrecoges de nuevo. Precioso poema también el de Juanma. Es una gozada pasarse por este blog, Marisa, aunque lo haga de vez en cuando y no con la fidelidad de los que acompañan estos versos. Hoy, que estamos ociosos, he aprovechado para sumergirme en tu poesía. Como siempre, maravillosa.
Un beso
Ana corazón, acabo de descubrir tu comentario. eres un cielo y tenerte aquí es todo un placer. besos
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