Imagen: Nicoletta Tomas |
¡Qué triste esta tristeza de domingo!
Se me pintó de gris la madrugada
y se marchó la luna
vestida de silencios.
¡Qué espeso este café de la mañana!
Sabe a lágrimas tibias,
sabe a cuerpos errantes,
sabe a dolor de invierno
y a ceniza en los labios.
¡Qué ajenos los ropajes que me cubren!
No pueden con mi cuerpo,
con la fatiga de mis pobres huesos,
ni con la oscura pena de los días
que arrastran, torpemente,
estos desconsolados calendarios.
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12 comentarios:
suelen ser meláncolicos los domingos.... sobre todo al atardecer...
Esos domingos así son sencillamente terribles y tu los describes tal y cuales.
Un abrazo, Marisa.
Leo
Me quedo sobre todo con el ritmo, que mece tanta melancolía. Saludos.
Suave tristeza arrastrándose hasta el último verso la de este poema.
Besos de lunes de madrugada.
Me gusta como has dibujado la poesía..
Que la semana sea de éxitos, suerte en todo, mis mejores deseos, con el respeto y la admiración de siempre..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Te trasparentas tanto que es imposible no sentirse en tu propia piel. Se canta según corren los tiempos y ahora parece que toca este tono, pero ¡qué bien cantado!
Ánimo Marisa
Un beso
A veces parece que llevamos a otra persona encima nuestro y nos pesa el alma de recuerdos que viajan con nosotros; son como "temporadas de tristeza" que hay que atravesar, hasta que el nuevo sol las desintegre.
Durante esos días que vamos a la intemperie, escribir nos vuelve más valientes.
Un beso.
PD. Amo a Nicoletta.
A veces uno no puede por menos que estar triste, pero la palabra poética atempera la tristeza y le da forma, y la conjura.
Gracias a los que habéis venido a acompañarme en estas tristezas.
Un fuerte abrazo
Este Silvio... siempre dándonos poésía.
Un beso, un verso.
¿poésia?
Hay mañanas con cielos plomizos que nos anuncian un día cargado de inquietudes... a veces en ellos uno mira el calendario tratando de buscarle un sentido a cada uno de los días, incluso mira las fases de la luna por si pudieran influir en ello, y encuentra el nombre de los días, y de los meses y de los años, pero se le escapan con cada hora todos los porqués... y todo resulta triste, pesado y ajeno a lo que somos y a lo que creemos.
Besos.
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