jueves, 21 de julio de 2011

Cuando ya nada busque...

Cuando ya nada busque y nada espere,
lo habré encontrado todo.
Comprenderé el misterio de las cosas,
del humilde guijarro
y la estatua perfecta.
Descifraré el enigma
que hace que el árbol yerga
su tronco milenario
al cielo que le espera, indiferente;
y que el gusano esconda
su cuerpo diminuto
en la horadada tierra
buscando su calor y su cobijo.
Afirmaré que hay sitio para todos,
y sólo quien se acepta y se conforma,
consigue ser feliz;
que la vida consiste
en algunos paisajes
grabados en el alma para siempre,
en los buenos amigos
que deciden quedarse,
y en tener quien nos quiera,
tanto y de tal manera,
tan desde las raíces,
que venga a despedirnos
cuando llegue el final,
y la tierra irredenta y necesaria
nos reciba por fin en su regazo
y sintamos su peso, para siempre...

7 comentarios:

Juanma dijo...

Qué tristeza tan hermosa la del final de la vida...aquí suave y dulcemente atrapado. Nos quedarán los amigos, con suerte alguien al lado diciéndono "te amo" y, estoy convencido, el recuerdo de las primeras palabras que aprendimos.

Besos para mi poeta de guardia.

Darío dijo...

Me encanta el poema, más acepta, pero no te conformes (vano consejo...)

Voces del cerro aislado dijo...

cuanta verdad y sabiduría en estas palabras: "...sólo quien se acepta y se conforma,/consigue ser feliz..."

Unknown dijo...

Poema intenso, Marisa, con un final que estremece.
Un abrazo muy fuerte.
Leo

Espíritu propio dijo...

Emotiva percepción del más imposible y sincero de los ideales:El ser feliz.

Marisa Peña dijo...

Muchas gracias a todos, los amigos de siempre (algunos de muy siempre, je, je)y algún que otro nuevo...Últimamente paso poco por aquí.dejo los poemas programados y me dedico a vivir cada día como buenamente puedo en estos "tiempos sombríos" ,que diría Bertolt
Bretch.
Un enorme y agradecido abrazo

impersonem dijo...

Leo tus poemas y siento con ellos en la reflexión a la que me proyectan...

Magnífico.

Besos.

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