jueves, 23 de octubre de 2008






Aceptar lo que el viento ha de llevarse,
la inevitable muerte de las hojas,
la triste despedida del ocaso
(cansado de fundirse
lentamente,
cada tarde, otra vez)

Alimentar el fuego de la vida
con leña de tristezas y de olvidos,
volver a despertarse cada día,
y sonreir, irremediablemente.

Sobrevivir a todos los naufragios,
no dejarse vencer por la pereza,
la complacencia, la monotonía...

Asumir los errores y las dudas
y el lugar que ocupamos,
reconocernos en los que nos aman,
bebernos cada gota en cada vaso.

Y al fin,
quizá sea eso lo que importa:
asumir, aceptar, sobrevivir,
avanzar entre el polvo y las ruinas,
no dejarse arrastrar por el desánimo.



Y no temer la sombra ni la huella
que, al caminar, dibujan
-en el sendero de lo inevitable-
nuestros perdidos pasos.

6 comentarios:

Marta Fernández Olivera dijo...

Cuanta razon en estos versos...
la verdad es que si no "aceptamos" estamos perdidos y huerfanos de la vida, si no aceptamos, dejamos la vida pasar y luego el arrepentimiento, "el porque no lo hice" llega demasiado tarde.
Hay que beber cada gota, sentir cada milesima de piel, y dar paso a los latidos del corazon que son nuestra energia, volver a despertar cada dia es un regalo, y sentir que estas vivo todavia mas.

Bsos,
Marta

Marisa Peña dijo...

Gracias Marta, por venir, por leer, por sentir mis versos.
Un beso muy fuerte para ti.

carmen jiménez dijo...

Si algo me sobrecoge de tu poesía es tu grandiosa capacidad para crear cada día. Para vaciar y llenar ese mundo interior tan rico que existe dentro de ti y que con tanta generosidad compartes. Hoy me he quedado pensando en la diferencia que existe entre la resignación y la asunción, el miedo, la complacencia...
Te envío una gota de mi elixir.
Un

Marisa Peña dijo...

Para mí aceptar no es resignarse, es más bien no dar palos de ciego ni revolverse contra lo que no puede ser de otra forma: la vida pasa, el amor pasa,los caminos se bifurcan, el agua fluye, los hijos crecen... Como bien dices yo me vacío cada día en mis poemas. No son un juego floral, ni un ejercicio de virtuosismo ( yo sé bien que tú me entiendes porque tú también dejas el alma en lo que escribes,porque yo la he sentido).
Acepto y respeto otras formas de ser y de escriir y de entender el hecho literario, pero también me afirmo e intento sobrevivir a todo lo que me hace daño con entereza.
Tu elixir me ayuda, no creas...
Un beso

Borromín dijo...

Como bien dice Media Luna me asombra a mi también tu gran capacidad para crear día a día; bien lo sé yo que falto un día a mi cita contigo y este maravilloso blog y me encuentro con dos entradas, a cual más maravillosa.

Me detengo en este poema especialmente, porque parece que me leas la mente... y es que ese "Alimentar el fuego (...)despertarse cada día, y sonreir, irremediablemente." es algo que sólo tú podrías dar forma.

Una verdadera bocanada de aire fresco, puro... es lo que encuentro al recrearme cada día en tus versos.

Gracias, y un beso.

Marisa Peña dijo...

Mil gracias a ti por ser fiel a tu cita con mis humildes versos que siempre se engrandecen y crecen con tus generosos comentarios y tu sensibilidad.

También puedes leer

Related Posts with Thumbnails