Recuerdo tu tristeza,
y esa lenta agonía de las horas.
Recuerdo la tibieza
de aquella sempiterna juventud,
tan plena de belleza.
Y esa mortal quietud
de “soledad sonora”
que no sobrevivió a nuestra torpeza…
Un poema muy triste, Marisa, amiga mía. Es una pena romper el amor, siempre por causas difíciles de explicar y sencillas de reparar si hay voluntad de permanencia. La poesía es triste, pero bella. Un abrazo.
lo cierto es que es una historia tan lejana...pero a veces, las viejas tristezas, las oscuras cicatrices, vuelven a doler en una extraña asociación de ideas. los recuerdos siempre vuelven... un beso enorme mi queridísimo amigo
A veces, no sólo vuelven los recuerdos, Marisa, se instalan sin pedir permiso y se adueñan de los versos, pero también es verdad que los hacen fragantes y bellos.
Toda una vida es demasiado poco para conseguir olvidar ciertas experiencias que se anundan entre los silencios de nuestros recuerdos. A veces me pregunto si no será que necesitamos sufrir con tal de sentirnos más vivos. Y si es así, que absurda es la vida entonces.
Soledades sonoras y estruendos de multitudes... cuchillos depellejando el verbo, oponiéndose a su transmutación en sangre... siempre nos quedará la música. Y el poema.
La torpeza de los amantes, querida Marisa...cuánto hay en ese verso final. Para mí, esa es la clave definitiva de este inmenso poema que nos vuelves a regalar.
La torpeza de los amantes da para una entrada. Todo se andará...
Vivir cualquier experiencia puede resultar duro, agotador, desesperante pero, si al final se sabe escribir lo vivido como en este caso, con sutileza y buen hacer, al menos, queda un poema hermoso que jamás morirá. Un abrazo.
El pasado es retráctil, ¿verdad, Marisa?, querámoslo o no va y viene por nuestra vida y a veces nos hace sonreír -qué benéfico es entonces- y otras veces... Bueno, en cualquier caso, siempre es bueno recordar porque así, sabiendo lo que fuimos, entendemos algo mejor en lo que nos hemos ido convirtiendo. Oye, Marisa, que ando pelín vaga a la hora de escribir pero sabes que siempre estoy aquí, disfrutando de tus versos.
Ay, las viejas heridas¡. Aquel inolvidable ya no lo quise, es cierto, pero cuánto la quise. O es canción que tan bien suena con Bebo y Valdés: se me olvidó que te olvidé...
Supongo que la torpeza de la sempiterna juventud no es exclusiva de ella. A veces la torpeza entorpece los más bellos momentos. Chocan, se rompen en mil pedazos y luego ya no hay manera de pegarlos. Lo bueno es guardar los trozos más hermosos. Tu poesía es uno de esos pedazos que sobrevive al tiempo y al dolor. Mil besos amiga
Bueno, qué alegría veros a todos por aquí... Qué estos versos tengan tan buena compañía es un lujo. Sois lo mejor que pueden tener:buenos lectores, buenos amigos, que venís a compartir y a dejar testimonio de que , a pesar de los pesares (que diría Goytisolo) no estoy sola, ni ellos tampoco. Gracias, siempre repetidas, pero siempre merecidas.
21 comentarios:
Un poema muy triste, Marisa, amiga mía. Es una pena romper el amor, siempre por causas difíciles de explicar y sencillas de reparar si hay voluntad de permanencia. La poesía es triste, pero bella. Un abrazo.
lo cierto es que es una historia tan lejana...pero a veces, las viejas tristezas, las oscuras cicatrices, vuelven a doler en una extraña asociación de ideas. los recuerdos siempre vuelven...
un beso enorme mi queridísimo amigo
Esa soledad sonora todavía duele.
¡Qué preciosidad!
Un beso
A veces, no sólo vuelven los recuerdos, Marisa, se instalan sin pedir permiso y se adueñan de los versos, pero también es verdad que los hacen fragantes y bellos.
Besazo.
Qué bien descripto ese final, Marisa.Cuánta tristeza.
Reafirmo lo que siempre supe: el poeta es un resiliente. Besos.
Gracias a esas tristezas que son parte de nuestra corteza nacen versos con ese sentimiento profundo como el tuyo.
Un abrazo
dulcemente nostalgioso... me ha gustado
Toda una vida es demasiado poco para conseguir olvidar ciertas experiencias que se anundan entre los silencios de nuestros recuerdos. A veces me pregunto si no será que necesitamos sufrir con tal de sentirnos más vivos. Y si es así, que absurda es la vida entonces.
cuantos no sobreviven a la torpeza de haber amado...
Soledades sonoras y estruendos de multitudes... cuchillos depellejando el verbo, oponiéndose a su transmutación en sangre... siempre nos quedará la música. Y el poema.
Abrazos.
La torpeza de los amantes, querida Marisa...cuánto hay en ese verso final. Para mí, esa es la clave definitiva de este inmenso poema que nos vuelves a regalar.
La torpeza de los amantes da para una entrada. Todo se andará...
Un fuerte beso.
Vivir cualquier experiencia puede resultar duro, agotador, desesperante pero, si al final se sabe escribir lo vivido como en este caso, con sutileza y buen hacer, al menos, queda un poema hermoso que jamás morirá.
Un abrazo.
Marisa, me quedo quietecito para no perturbar tu poema.
Abrazo oculto.
Sergio Astorga
El pasado es retráctil, ¿verdad, Marisa?, querámoslo o no va y viene por nuestra vida y a veces nos hace sonreír -qué benéfico es entonces- y otras veces... Bueno, en cualquier caso, siempre es bueno recordar porque así, sabiendo lo que fuimos, entendemos algo mejor en lo que nos hemos ido convirtiendo. Oye, Marisa, que ando pelín vaga a la hora de escribir pero sabes que siempre estoy aquí, disfrutando de tus versos.
Ay, las viejas heridas¡. Aquel inolvidable ya no lo quise, es cierto, pero cuánto la quise. O es canción que tan bien suena con Bebo y Valdés: se me olvidó que te olvidé...
Me gustas, guapa.
Supongo que la torpeza de la sempiterna juventud no es exclusiva de ella. A veces la torpeza entorpece los más bellos momentos. Chocan, se rompen en mil pedazos y luego ya no hay manera de pegarlos. Lo bueno es guardar los trozos más hermosos. Tu poesía es uno de esos pedazos que sobrevive al tiempo y al dolor.
Mil besos amiga
Viene de lejos esa "mortal quietud". Es notable cómo selecciona nuestra mente, los recuerdos.
Son ¿espasmos nostálgicos? que la Poetisa rescata para nosotros en bellos versos.
Besote guapa mía! Y bonita semana!
Bueno, qué alegría veros a todos por aquí... Qué estos versos tengan tan buena compañía es un lujo. Sois lo mejor que pueden tener:buenos lectores, buenos amigos, que venís a compartir y a dejar testimonio de que , a pesar de los pesares (que diría Goytisolo) no estoy sola, ni ellos tampoco.
Gracias, siempre repetidas, pero siempre merecidas.
Novedades del IV Encuentro de poesía en Red en Granada.
Besos
http://ivencuentrodepoesiaenred.blogspot.com/
Yo pienso que esos recuerdos nos tienen que servir para avanzar con paso firme hacia nuestro futuro.
Bonita composicón, Marisa.
Besos
Supervivientes de naufragios encadenados, bastante hemos flotado en medio de tantas tempestades.
Un beso, amiga.
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