jueves, 18 de noviembre de 2010

Y al vuelo las campanas

No suenan las campanas...
ni a muerto, ni a tristeza,
ni a olvido, ni a rebato.
No suenan las campanas
por mí ,
sólo hay silencio.
No suenan las campanas
al paso de mis pasos,
no suenan,
no las oigo...
Sólo un silencio blanco,
acompaña mi pena
a su sepulcro amargo.
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16 comentarios:

Darío dijo...

Si pudiese elegir...elegiría el silencio, para siempre.

Blimunda dijo...

Vaya...ese silencio blanco me ha llegado mucho. Será porque conozco un sepulcro particularmente amargo...y será porque Querida Marisa, consigues crear un ambiente muy determinado que taladra.

Besos y versos.

Sabagg dijo...

Prometo que el silencio del punto final me sonó a campanada definitiva, a golpe seco en mí, dentro, pero consciente de que puedo apostar por que vivas.

Laura Gómez Recas dijo...

Hablas del silencio con la transparencia propia de tu poesía.
Me recuerdas mucho, ya te lo he dicho, a los del 27.
Creo que podrías dibujar el silencio. Lo creo. Sobre todo, éste del que hablas aquí.

Un beso.
laura

J.R.Infante dijo...

A mí la campanas siempre me han sonado a pueblo, las que marcaban la pauta de los paisanos: ahora toca esto, luego lo otro. Me dan sensación de paz ya que es un placer escucharlas en medio de tanto ruido como nos envuelve.
Este mes, aquí en Sevilla, tienen especial significado.
Gracias por tu poesía.
Un beso

carmen jiménez dijo...

Morimos al mismo paso que vivimos. Morimos de camino. Y quizá sea el silencio el único que nos recuerda que estamos viviendo y muriendo al tiempo. Las campanas sólo resuenan al final. Cuando ya estamos muertos, cuando probablemente ya no nos importe escuchar ese sonido a muerto. Prefiero el silencio cómplice, el que sabes que es antesala de bullicio, salón de recogimiento y de encuentros.
Nos vemos en ese silencio amiga.
Un besazo y como hace mucho que no te lo digo, yo no sé si los consagrados del 27 o del 98, sólo sé que eres una poeta consagrada.

Marisa Peña dijo...

Poco a poco me voy acostumbrando al silencio...Duele, pero es más verdadero que algunas palabras huecas. En el silencio no hay promesas, ni falsas esperanzas, ni vanidad, ni celo. Duele, pero nos permite conocer y reconocer.
Gracias Curiyú, Blimunda, Sabagg, laura, Arruillo y carmen, por romperlo , aunque sólo sea un momento,y venir a comentar.
un abrazo

luis dijo...

Un espacio para habitar. Un lugar blanco de mentiras y despojos, así convivo en ese silencio que no se escucha por serlo, pero que se hace cada día al abrir los ojos.
Un abrazo.

PIZARR dijo...

Bellas palabras para el silencio y bellísimas las dedicadas al sur de tus mayores.

Me ha encantado poder dedicar un rato de nuevo a visitar tus poemas

Un abrazo

ralero dijo...

Aplastante. Y terrible.

Te susurro un beso.

FLACA dijo...

Como decía mi profesor Bordoli, a esta edad ya hay que ponerse a releer los clásicos. Y vos, Marisa,ya estás a la altura de ellos. Parece chiste, pero te lo digo en serio. "En el hoy y mañana y ayer junto/pañales y mortaja y he quedado/ presentes sucesiones de difucntos".
Muy interesantes también los aportes de los compañeros. Siempre me voy enriquecida de aquí. Un beso.

Anónimo dijo...

Qué bien... pero qué bien, Marisa.

Yo creo que tú ya no sabes hacer un mal poema: lo olvidaste. Y al contrario, todo lo que te sale es bueno. Muy bueno.

Será el silencio... que te pone grande... y necesaria para los que seguimos visitándote por placer.

Un beso, amiga.

María Socorro Luis dijo...

A veces tu blog se me rebela y no me deja entrar.

Pero sabes que siempre vengo, y siempre admiro tu poesía.

Besos, muchísimos.

Marisa Peña dijo...

Lo cierto es que con amigos y lectores como vosotros mi autoestima no pue3de por menos que mejorar. Ojala sigáis disfrutando de mis textos. Me gustaría estar siempre a la altura y no decepcionaros...pero no siempre se puede, así que gracias por estar con los textos buenos y con los que no brillan tanto.
Un abrazo enorme, Luis, Pizarr, rafa, flaca, pepe y Soco. Sois geniales.Hacéis que merezca la pena seguir escribiendo.

ESCRIBIENTE dijo...

Hacía horas, días que necesitaba llorar...Cuando la tristeza se me enquista me vuelvo indolente, como en un mecanismo de protección....

Con tus palabras ha brotado el llanto que tanto necesitaba para rehumanizarme....

¡Es tan melancolicamente precioso¡

Mi preparación para la vida cada vez flaquea más...Sólo la belleza me salva a ratos del naufragio.

Maria Luisa dijo...

Mi dulce Marisa-
Me ha llegado al alma tu poesía.
Ahora estoy pasando un mal momento emocionalmente.
Me apropio de un trocito (ya sabes mi costumbre)
"Solo el silencio blanco,
acompaña mi pena
a su sepulcro amargo"

Besicos, muchos, muchos.

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