lunes, 15 de diciembre de 2008




El cielo de la tarde
nos regala su luz de despedida...

Van pasando las horas
con esa lentitud de lo que no sucede,
de reloj detenido,
de espera,
de quietud,
de calma irresistible
de noche que se anuncia.


El cielo de la tarde,
cuando ya no esperamos
que nada nos ocurra,
nos regala su última renuncia.

Octubre 2008

36 comentarios:

Juanma dijo...

Un sol que cierra el día como un lacre al atardecer...

Un beso.

Marisa Peña dijo...

Otro para ti mi querido amigo madrugador...
Me gusta la imagen del lacre!!

© José A. Socorro-Noray dijo...

Bellísimo.

El cielo de la tarde
siempre envuelve
la luz del mediodía

Un abrazo

carmen jiménez dijo...

Alguien muy querido por mi, me dice siempre que no hay que esperar nada. Y así, ese sol que cierra el día como un lacre, un día nos hace un regalo inesperado y nos devuelve la luz.
Un abrazo.

Marisa Peña dijo...

Gracias Noray, me alegra que te guste...Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Mi querida Carmen, la vida nos regala cosas maravillosas e inesperadas, ¿verdad? A mí este año me ha regalado gente como tú que puebla mi rincón de bellas y generosas palabras. Gracias guapísima y un abrazo del alma.

Isabel Mercadé dijo...

Precioso poema (y preciosa la foto, también), Marisa. Qué imagen tan certera, "la lentitud de lo que no sucede"... y después de repente no ha sucedido y ya ha pasado, ya no volverá, y sólo queda "esa última renuncia".
Un abrazo.

Marisa Peña dijo...

Querida Bel, la tarde es un momento que siempre me hace sentirme triste, "¿qué buscas poeta en el ocaso?" decía Machado. Siento que todo se ralentiza... Me alegra que te haya gustado.Un abrazo enorme guapa.

Maria Luisa dijo...

Siempre adueñándome de tus sentimientos.
"El cielo de la tarde
nos regala su luz de despedida".

Esta anocheciendo, desde mi casa se ven parte de los Pirineos todos nevados y una luz rojiza suave no violenta, que los embellece.
¡ Todo un regalo!

Un regalo,también leerte.

Marisa Peña dijo...

Y otro regalo de la vida tener tus palabras y recogerlas con cuidado, y guardarlas junto al corazón, con mucho afecto. Un abrazo Mª Luisa.

Óscar Santos Payán dijo...

"El cielo de la tarde nos regala su luz de despedida" ... Gracias por ese "nos". Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Gracias a ti por venir a mis versos. Un abrazo Oscar.

Borromín dijo...

No hay mejor regalo que aquel que sale del alma, desinteresado y sin contrapartidas.

Dado que hace semanas que vivo sin el "regalo" de la luz del atardecer, puedo decir que la sustituyo sin problema alguno por la que irradian tus versos.

Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Y yo me quedo tus generosas y cálidas palabras como otro regalo... Espero que pronto vuelva a salir el sol, en tu bella tierra y en tu generoso corazón. Un abrazo

Anónimo dijo...

Precioso poema. Me recuerda que una de estas tardes, cuando menos me lo espere, esa luz de despedida volverá a brillar, una vez que las nubes protestonas del mal tiempo se dignen irse de paseo...
Ahora, a ponerme al día con tus otros poemas...
Un besuco.

Marisa Peña dijo...

Qué alegría verte por aquí. Me alegra que vengas a dejarte envolver por esa luz de atardecer que nos atrapa y que, en estos días grises se echa tanto en falta. Un abrazo muy fuerte.

Sergio Astorga dijo...

Marisa, cuando la calma se entume, los nervios de la sorpresa nos despiertan.
Un abrazo tardeante.
Sergio Astorga

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Siempre esa arquitectura firme y, dentro, el sentimiento, la belleza, la pasión, el color, el "tempo" preciso y precioso, la suave nostalgia...Muchos besos, poeta...

Marisa Peña dijo...

Sergio, tú traes la luz y los atardeceres llameantes. Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Miguel Angel eres estupendo, que tú me digas eso significa muchopara mí,poeta. Un abrazo muy fuerte querido amigo.

Angeles Fernangómez dijo...

Ay, cómo me ha gustado este poema. Es una maravilla. A mi me ha metido en un clima interior del que no me sale la palabra exacta para definirlo, pero desde luego de profundidad interna. Me gusta muchísimo. Felicidades.
Destaco estos poemas porque la imagen me llegó al alma:
"Van pasando las horas
con esa lentitud de lo que no sucede"
Besos

Marisa Peña dijo...

Cómo agradezco tus calurosas palabras. He tenido muchas dudas, muchos desplantes, muchos sinsabores, pero cuando venís a leer y gente maravillosa como tú se emociona con mis poemas,todo cobra sentido. Gracias. Es un lujo compartir contigo versos y prosas. Un abrazo.

Marta Fernández Olivera dijo...

El cielo de la tarde es para mi muy especial, tal como tu nos dices "es la calma irresistible de la noche que se anuncia", es la entrada de la madre Luna que nos protege cada noche de la frialdad de la oscuridad, el atardecer nos regala naranjas azulados con sabor a despedida, a una alegre despedida de un dia mas, nos regala el descanso para el mañana "Dios dira"...el atardecer nos ofrece un cambio de turno del sol y la luna, un momento magico y cada dia diferente.
gracias Marisa
Un beso

Marisa Peña dijo...

Marta corazón, tus atardeceres me han inspirado mucho, no creas... Un abrazo.

Santa dijo...

Me quedaría una tarde entera y otra y otra en esa ventana...

Con esas vistas...

Un beso

Marian Raméntol dijo...

Esa renuncia regalada es la mejor de las pinceladas para un cuadro de tardes y silencios.

Un placer pasar por aquí.

Marian

Marisa Peña dijo...

Gracias Santa, aquí tienes un rincón siempre que quieras.

Marisa Peña dijo...

Querida Marian, me alegra que hayas pasado por mis versos. Es un placer verte por aquí y que me regales tus palabras. Un abrazo

María dijo...

¿Será por todo eso que siempre me inquietó tanto?

Otro abrazo para ti, magister...

Marisa Peña dijo...

La tarde y la muerte... El fin del ciclo para volver otra vez a nacer tras el descanso nocturno. no puede por menos que inquietar, ¿verdad? Un beso

Isabel Mercadé dijo...

Marisa,
He oído que has tenido un día parece ser bastante horroroso. Sólo he venido a dejarte un abrazo y el deseo de que todos los días que han de venir sean mucho mejores, tanto como seguro te mereces.

Marisa Peña dijo...

Mi querida Bel, de esos que borraré de mi memoria. Ha sido un cúmulo de despropósitos increíbles pero al final se impone la belleza, y la buena gente, como tú, y el desengaño y la incredulidad pasarán... Gracias querida amiga, siento tus palabras como un bálsamo y sé que las heridas siempre cicatrizan. un beso enormeeee.

Santa dijo...

Es un poema alegre, que abre una rendija a tu felicidad, a que mires de forma distinta...

Los anteriores me sumían en tu honda melancolía, incapáz de reaccionar y escribir algo.

Ojalá que fluya la alegría en tus poemas.

Un beso

Marisa Peña dijo...

Muchas gracias por tus buenos deseos. Un abrazo amigo mío

Félix Amador dijo...

Tienes una sensibilidad especial para colocar las palabras en delicioso equilibrio.

Enhorabuena. Un descubrimiento.

Marisa Peña dijo...

Pues muchas gracias Felix, bienvenido a las orillas de mis versos. Espero que vuelvas siempre que quieras.

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