sábado, 24 de octubre de 2009


Todo lo que está lejos
parece que no duele...

Lo miramos, distantes,
y nos agazapamos.

Sus borrosos contornos
ya no nos incomodan.

Los rostros son difusos,
y las voces son ecos.

Observamos el mundo
desde nuestra atalaya.


Todo nos es ajeno
fuera de nuestros límites.

No nos moja la lluvia
que cae al otro lado

Ni nos afecta el frío
detrás de nuestra puerta.


Todo es sombra y silencio,
todo se desvanece.

Y nos sentimos fuertes,
absurdamente indemnes,
en nuestra soledad...

65 comentarios:

Isabel Mercadé dijo...

¡Ah, qué bonito! Porque dices lo contrario de lo que dices. Sí te/nos afecta, si no, no lo habrías escrito. Me encantan estos poemas contradictorios, como aquel de Neruda, "ya no te quiero", mientras le dedicaba a la amada una canción desesperada.
Un besazo, querida Marisa.

María Socorro Luis dijo...

Me gustó espscialmente este poema.Es tan sincero, tan profundo, como una queja que nos araña...
Besos un poco tristes. Soco

Maria Luisa dijo...

Querida Marisa:

"Todo lo que está lejos parece que no duele...
Los rostros son difusos, y las voces son ecos"

¡DELICIOSO!
Marisa: ¿ Por qué al pasar el tiempo lo primero que se difumina es el rostro, por mucho que lo hayas querido...?

Gracias dulce Marisa por poder leer tus poesías.

Te quiero.

maria varu dijo...

... pero nos "atacan" los recuerdos, los sin-olvidos, el ayer...
quizá no nos duela, quizá sean distantes, quizá todo sea difuso... pero permanece en nuestra soledad...

bellamente hermoso y tristemente real... besos Marisa

Jesús Aparicio González dijo...

Un poema excelente Marisa, con esa luminosa claridad a la que nos acostumbras, que deja la esencia del mensaje rondando en esta mañana en la que compartes lo mejor de ti, aun de lejos pero qué cerca.

Un beso

STEVE dijo...

Eso parece, que no nos duele... pero nos duele, y mucho

Bellísimo tu poema, bellisimo

Mertxe dijo...

Y esta soledad buscada suele tener tantas fisuras... Es tan vulnerable...

Estoy de acuerdo con Bel. Ese 'parece' en el primer verso ya destroza toda la ilusión de fortaleza. Luego está el remate de la palabra 'soledad'...

Marisa, hermosa mía, es que te adoro.

Emilio dijo...

Cierto, Marisa, parece que no vemos más allá de nuestras propias narices. Cuando ocurre algo trágico allá lejos, cuando tantos mueren de frío, hambre, guerras... siempre allá lejos, es como si nos importase absurdamente menos.

Saludos.

Edu dijo...

Letras de beso y soplo de brisa, si tus versos fueran elemento eso serian.
Un Abrazo Marisa

Ramiro Rosón dijo...

"No nos moja la lluvia
que cae al otro lado
ni nos afecta el frío
detrás de nuestra puerta".

Marisa, creo que en este poema has reflejado muy bien el egoísmo de la sociedad contemporánea. El hombre de nuestros días intenta crearse una ilusión de fortaleza, ilusión que la realidad acaba siempre desmintiendo. Intenta encerrarse en su atalaya, pero ésta no es más acogedora que la intemperie, pues en su interior se siente el frío de la soledad, aún más duro que el frío de la intemperie.

Un abrazo.

JAUD dijo...

"Absurdamente indemnes en nuestra soledad". Y las cosas pueden estar lejos, pero duele. Besos Marisa

Unknown dijo...

Me gusta ver como cada uno de tus lectores le encuentra un sentido distinto a tus versos. Qué maravilla eso de que las mismas letras admitan tantas lecturas. Eso muestra su valor, porque va más allá de lo obvio.
Como no podría ser de otra manera, a mí, en el día de hoy, a 24 horas de votar por la anulación de una ley oprobiosa que instala el olvido y la injusticia, me sugiere que tu poema habla de lo que nos está pasando en este paisito, en el que hace tantos años la verdad está agazapada detrás del olvido y la indiferencia y un poco cansada de esperar.
Pero esta es una de las infinitas interpretaciones, todas válidas, que tiene este excelente texto.

aapayés dijo...

Hermoso poema.. me quedo con la intensidad de tus versos..

Un abrazo
Saludos fraternos

Que tengas un buen fin de semana...

Juanma dijo...

Dice la copla, querida Marisa, que "los amores, cuando existen distancias, se olvidan antes"...pero eso es mucho decir, ¿verdad?

Tu poema, una vez más bellísimo, es además muy certero: esa distancia, la lejanía de lo que tal vez nos hizo daño...y nosotros pensando que basta para continuar, sí, "absurdamente indemnes". El poema, querida mía, es que es perfecto.

Un beso, muy requetefuerte.

Elena dijo...

Marisa tengo que pasar má amenudo por tu blogs.
Tu poema da para mucho.
Bonita imagen la que me dejas de la soledad haciendo compañia.

Jenn Díaz dijo...

Y a veces precisamente
porque está lejos
tan tan lejos
nos duele algo ahí adentro
y digo ahí
porque es un dolor
como de otro,
tan intenso y desconocido.
Ahí adentro. No aquí.
Ahí.
En el pecho de otro
en los ojos de otro
en las manos de otro
en las caderas de otro
en los pies de otro
en la cintura de otro.
Sí, en la cintura
de tantos.

Fernando dijo...

He jugado en el fuego cada noche y en las cenizas todavía se dejaba ver un poco de mi ayer...
no dudo, sólo constato que la soledad es parte de lo que somos,
el pozo donde refugiar tantas preguntas con el sonido inacabado de la vida...besos

© José A. Socorro-Noray dijo...

Quizás nos hayamos construido un caparazón
para sobrevivir entre tanto dolor.
Quizás nos hayamos fabricado una falsa ventana
con la que refugiarnos del frío invierno.
Quizás el mundo empiece y acabe
en nuestra soledad y en nuestro recuerdo.
Quizás todo lo que esta detrás de la puerta
sean sólo sombras y silencios.

¡Pero me duele tanto que me ahoga dentro!


Un abrazo

Popi dijo...

Ay esos escudos de autoengaño... Me quedo quieto y cierro los ojos, así no puedo ver ni tocar a nadie, pero sé, ya te digo que si sé, que ahí fuera, tras esa coraza de plastilina, hay todo un mundo que deseo con todas mis fuerzas porque hubo un tiempo en que yo formaba parte de él.

Un besazo guapa. Hoy me he despertado con la vena de comentarista.

ESCRIBIENTE dijo...

¡Qué maravilla¡ Me ha llegado directamente al alma. A veces la soledad es la burbuja en la que me encierro no para sentirme indemne sino para buscar algo mínimamente balsámico.....Me ha encantado. Besos....

Borromín dijo...

Hola apreciada Marisa, lejos me encontré de estas tus páginas, pero como los barcos, que tras largas singladuras sin arribar a puerto, al llegar a éste con vítores se celebra, así me encuentro yo hoy.

Como siempre es un placer recalar en tus versos.

Un fuerte abrazo, desde estos días lluviosos que nos acompañan.

Marisa Peña dijo...

Gracias Bel, por seguir viendo belleza en mis poemas.Sólo por eso merece la pena escribir.Un beso enorme

Marisa Peña dijo...

Soco es una queja humilde pero una queja...Sinceridad y profundidad es lo mejor que puedo dar.un abrazo enorme.

Marisa Peña dijo...

Maria luisa los rostros pierdden nitidez pero quedan las voces, los olores, el tacto...
Nunca te agradeceré lo suficiente tu cariño y tus generosas lecturas.Un abrazo muy muy grande

Marisa Peña dijo...

María es verdad que no se puede vivir al margen, es sólo una pose, una pariencia de coraza...
un beso guapa

Marisa Peña dijo...

Pues viniendo de ti, Jesús, es todo un piropo lo que le regalas a mi poema.gracias querido amigo.

Marisa Peña dijo...

Gracias steve, dolor y belleza van muchas veces de la mano...un beso

Marisa Peña dijo...

Mertxe, gracias por venir, por leer, por adorarme, que sepas que es recíproco.Un abrazo enorme

Marisa Peña dijo...

Tienes razón Emilio, es absurdo creer que la lejanía nos protege.un besazo

Marisa Peña dijo...

Gracias Edu, a veces no sé qué hago peleando a brazo partido con la palabra y la necesidad de dar forma poética a todo lo que necesito comprender, pero en fin...un besazo

Marisa Peña dijo...

Gracias Ramiro, por tu precioso comentario.Cuando escribo no me imagino las diferentes interpretaciones y emociones que despertará en los lectores.Y esta que tú das me gusta especialmente.Un beso

Marisa Peña dijo...

Sí jaud, duele...Un abrazo muy fuerte

Marisa Peña dijo...

Santi, es verdad...Hay una posible interpretación en el ámbito de lo personal, de lo puramente individual, del yo que olvida su dolor alejándose en el tiempo y en el espacio, y otra interpretación que da un salto a lo colectivo, a lo social, al egoísmo de creer que lo que no nos pasa directamente no ocurre, al deseo de olvidar para no sufrir aun a riesgo de que se enquiste la injusticia.
Santi,tus comentarios siempre me neseñan algo sobre mi poesía, gracias de corazón.

Marisa Peña dijo...

Gracias Adolfo, te mando un beso

Jesús Arroyo dijo...

Poner distancia para hacer olvido. ¡Pues no me da la gana!
Besos, guapa.

Marisa Peña dijo...

Juanma, ¿qué haría yo sin tus comentarios? Poner distancia, es una falsa huida pero vivimos en esa falsa creencia de que así no sufrimos.En fin...Un beso guapo.

Marisa Peña dijo...

Gracias Elena.Yo también tengo que pasar más por tus textos pero no tengo casi tiempo.Gracias por venir y por comentar, guapa.

Marisa Peña dijo...

Fusa, qué alegría verte por aquí.Te doy la bienvenida y espero que vengas siempre que quieras.Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Sí Fernando, la soledad es parte de nosotros...Y tus palabras ya son parte de este rincón.un besazo

Marisa Peña dijo...

Querido Noray, nos construímos caparazones porque cremos estar mejor protegidos pero es una vana ilusión de invulnerabilidad.
Un abrazo amigo mío.

Marisa Peña dijo...

Popi, me alegra que te hayas despertado con esa vena...Y me alegra tenerte por aquí.Un beso, guapo.

Marisa Peña dijo...

Escribiente me alegra que te hayas identificado tanto con mis versos.Un fortísimo abrazo

Marisa Peña dijo...

Borromín!!!No sabes cuánto te he echado de menos...Esta siempre será tu casa y lo sabes.Un enorme abrazo.

Marisa Peña dijo...

Jesús, haces muy requetebién!!:)Eres un sol.Besazos

MarianGardi dijo...

Bellos y verdaderos versos, cada uno se refugia en su propia isla, pero el Mundo sigue doliendo en masa.
Un fuerte beso

Marisa Peña dijo...

Sí que duele marian...Un besazo, guapa

Marisa Peña dijo...

Gracias, será un placer.

FLACA dijo...

Nosotros mismos alejamos "todo" para uqe no duela. Pero a veces basta un solo detalle para que desaparezcan las sombras y el silencio y se desmorone toda nuestra fortaleza.
Precioso poema.Un abrazo

Marisa Peña dijo...

Así es querida amiga...ponemos distancia pero los recuerdos se cuelan por donde pueden.
besazos, guapa

Emilio dijo...

Marisa: pasando por el blog de Fernando Jiménez-Ontiveros, enlacé a tu entrada de la memoria histórica y de allí a la composición del País y me quedé maravillado del montaje de texto, música e imagen.

Mis sinceras felicitaciones.

Marisa Peña dijo...

Gracias Emilio.Es un tema muy importante para mí.me alegra que te haya gustado.Un abrazo enorme

adaev dijo...

mal refugio es la soledad amiga poeta,uno a solas con su peor enemigo... hermoso

Marisa Peña dijo...

Así es, mal refugio, pero...Un beso adaev.

Sergio Astorga dijo...

Marisa, la fortaleza del desamparo nos deja aparentemente salvos, mas como sabes son sombras de sombras.

Un abrazo ilimitado.
Sergio Astorga

Fernando dijo...

Querida Marisa: gracias por tu comentario sobre mi poesía “Los niños de la guerra”. Me enternece leer lo que escribes y los comentarios que recibes. La guerra, nuestra guerra, fué un horror. Yo nací en 1934 y, por lo tanto, sólo me quedan unas pequeñas nociones de lo que fué aquello, y que he intentado transcribir en mi poesía. Mi padre murió en 1944. Los niños, a la edad de 10 años no éramos tan desrrollados como los de ahiora. Nuestra vida en Madrid fué muy dura. Mi padre era ingeniero y trabajaba en ferrocarriles. Siguió trabajando para el gobierno durante la guerra y, en alguna ocasión, fué delegado por la república a reuniones internacionales. Mis padres nunca me hablaron de la guerra ni me contaron detalles. Mi experiencia fué absolutamente personal. Yo puienso que fué un horror general y que debemos honrar a los que la padecieron.No pienso escribir más sobre esta horrible pesadilla. Espero que los españoles seamos inteligente y no caigamos en ella otra vez. Un abrazo fraternal.

ybris dijo...

Eso tiene la distancia.
Contornos borrosos que no hieren.
Pero, cómo llaman.

Besos.

Marisa Peña dijo...

Gracias Sergio, tus palabras son siempre bienvenidas y tus abrazos también.

Marisa Peña dijo...

Ay Ybris, cómo llaman y cómo duelen...

Marisa Peña dijo...

Fernando, muchas gracias a ti por leerme.Espero que sigamos leyéndonos.Un fuerte abrazo querido poeta.

J.R.Infante dijo...

Siempre duele, aunque nos pille de lejos, por eso escribimos sobre ello. La soledad -bien llevada- es imprescindible para que surjan composciones tan hermosas como la que nos presentas.
Un beso, Marisa.

Marisa Peña dijo...

gracias querido arruillo, tus palabras acunan mis versos.un abrazo

Fernando García Pañeda dijo...

Recurrente soledad. La imagino como el espejo invertido de nuestra esencia.
Me gusta muchísimo no sólo el fondo, sino la forma escueta, casi desnuda, de tu escritura.
Un abrazo.

ralero dijo...

Como en el bolero "dicen que la distancia es el olvido / pero yo no concibo esa razón". No obstante, sí es cierto que las distancias más cortas, esas que se abren espalda contra espalda sin que nadie dé el primer paso que incie el duelo, son las que más hieren.

Abrazos.

impersonem dijo...

Pero un eterno efecto mariposa nos persigue y sólo en la empatía encontraremos la paz interior que perseguimos... en tus versos se ve la mucha empatía que mora en ti, pues a pesar de la lejanía ves y oyes, y sientes, la realidad tal cual es... y para tu corazón cuentan quienes tal vez ya no cuenten para nadie.

Besos.

Fernando Terreno dijo...

Marisa: Disculpame por adelantado si la pregunta está hecha en un blog equivocad, pero quiero saber si vos sos la misma que presentó un libro en la librería Conejo Blanco de México DF allá por la mitad del 2009.
Gracias por responder a: fecosol@gmail.com

Fernando Terreno (del blog La Pulpera)

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