jueves, 11 de noviembre de 2010

¡Qué gastado camino éste que andamos!
¡Y qué absurda esta nada de los días
que consume mi piel
hambrienta de caricias,
sedienta de placeres imposibles!
Y me he sentado al borde de la noche
esperando que pasen los silencios,
camino del sepulcro
de las horas perdidas,
donde duermen los besos que no dimos,
y todos los deseos enterrados
que, por más que me empeñe,
ya no habrán de volver.
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12 comentarios:

luis dijo...

Magistral espera a un lado del camino para esperar la llegada de los silencios.
Un modo increíble de anotar todo un mundo de sentimientos.
Un saludo

ralero dijo...

Que protervas y a un tiempo hermosas pueden ser las desgarraduras que nos produce leer un poema hondo como un pozo que nos arrastra a sus aguas, que nos hace sentir aguas de sus aguas, alma de Leteo.

Abrazos.

Vagamundo dijo...

La nada del presente, a menudo, es la antesala para que nuevos y sorprendentes deseos ocupen el espacio de los que tuvimos.
Obvio, éstos tampoco se van a volver todos realidad

Edmundo dijo...

Pero nuevos besos tienen que llegar.

carmen jiménez dijo...

Estoy con Edmundo. Sentarse a la orilla del camino y ver pasar todo cuanto es digno de levantarse y volver a caminar. Dejar que los besos que no dimos sigan su camino al sepulcro y abrazar y besar y vivir camino de la vida.
Un beso desde esa orilla.

Sabagg dijo...

Qué nada cotidiana más asfixiante a veces, qué nada para llenarla, sí, sí sí, un día de luz.

Voces del cerro aislado dijo...

mientras te encuentres hambrienta de caricias y sedienta de placeres tienes la esperanza de saciar ambas.... bellas letras

JAUD dijo...

Extraordinaria manera de encarar la resignación de lo gozado y perdido, de lo que ha de ser inevitablemente, a pesar de nuestros anhelos o deseos.
"Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar..."

Mertxe dijo...

La nada de los días... Es milagroso que la poesía puede ponernos frente a nuestra realidad más puntual y, por dolorosa que sea, su lección sea siempre el orgullo de vivir.

Graicas, Marisita.

Juanma dijo...

Es cierto que difícilmente volverán esos besos que no dimos. Es más, es posible que ni siquiera se hayan ido, aun no estando. En fin, que me lío yo solo...

Siempre te imagino escribiendo sentada en el borde de una noche. Y siempre magnífica.

Besos para mi poeta de guardia.

J.R.Infante dijo...

Vendrán, no lo dudes. Esa capacidad tuya para expresarte no puede quedar vacía por mucho tiempo.
Magnífico poema.
Un beso

Marisa Peña dijo...

Lo cierto es que si no fuera por vosotros, mis "lectores de guardia", no sé si seguiría. Vosotros veis en mis poemas resquicios de mí misma que yo ignoro.Porque a pesar del fingimiento literario la poesía es más que un género, es un latido, un grito, una esperanza tendida al sol. la esperanza de ser leída y comprendida.Yo voy dejando mis textos como quien deja una semilla, que puede o no germinar.
Luego viene el extrañamiento, una suerte de lejanía al leer aquello que hemos escrito, que ha salido de nosotros pero ya no es nuestro, no nos pertenece.
gracias por vuestras palabras, con ellas alimento esa desidia que, a veces, me devora. Un abrazo enorme.

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