viernes, 19 de septiembre de 2008


Imagen: N. Tomas


Y tu voz vino de lejos...
¡y volaron todas las palomas!

Soledad...Y mirar hacia dentro
hacia el oscuro túnel de la melancolía,
hacia la oscura eternidad perfumada de tiempo.

Fui una estatua blanca,
una lágrima fría,
una pena de nube.

Ven a mí cuando nadie nos oiga,
y hazme olvidar lo triste de tu ausencia
en la oquedad dormida de mi vientre.

8 comentarios:

Borromín dijo...

Realmente sabes leer el alma humana para plasmarla en el blanco de las cuartillas.

Desde que di con tu "fantástico bosque" he dejado de sentirme tan solo en el mio.

Un fuerte abrazo.

Marisa Peña dijo...

Yo también me siento menos sola cuando escribo y cuando lo comparto con otros. Gracias por todo.

carmen jiménez dijo...

Qué tendrá la poesía que nos sumerge en ese túnel de la melancolía y a la vez nos hace vibrar y olvidar la tristeza de las ausencias mientras escuchamos la música de las palabras. Me embriaga saber que existen almas vibrando al mismo tiempo.
Un placer leerte.

Marisa Peña dijo...

Para mí también son un placer y un regalo tus visitas y tus palabras. Es hermoso enredar afectos literarios, emociones, sentimientos comunes. Gracias.

Unknown dijo...

Esos tres versos finales son pura poesía. De la mejor.

Popi dijo...

Pena de nube, qué bella plasmación lingüística de un estado, tanto en tan poco. Hace tiempo que no escribo poesía, pero leyendo versos como el de tu nube no me importa, porque me aporta (casi) lo mismo que si la escribiera.
Todo un mundo se encierra en una pena de nube.

Marisa Peña dijo...

Gracias por seguir perdiéndote en mis versos querido Santi.

Marisa Peña dijo...

Gracias por tus palabras Popi, me animan a seguir escribiendo. Un abrazo

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